1977 Vecinos de Pilarica encerrados en su parroquia en demanda de viviendas sociales. Años setenta. Foto tomada del enlace de Foros Castilla sobre el movimiento obrero y los cristianos de base: Curas obreros y antifranquismo cristiano en Valladolid.http://foroscastilla.org/foros/index.php?topic=14732.msg177164#msg177164
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El 30 de abril de 1974, una vagoneta de Renfe arrolló a la niña María Falagán, lo que provocó una manifestación espontánea para reivindicar un paso subterráneo
Aquel titular de El Norte de Castilla era bastante expresivo de la indignación que se vivía en el barrio: «Otro accidente mortal en el paso a nivel de la Pilarica». No era para menos. Aquella barriada nacida a finales del siglo XIX a base de población obrera procedente del campo era, a la altura de los años 70, sinónimo de pobreza, marginalidad y carencias.
La estampa no podía ser más desoladora: casi todas las calles estaban sin asfaltar, la red de alcantarillado era muy limitada y la de agua potable, más que deficiente. Aquella década, además, no fue pródiga en mejoras en este terreno, más allá de la desaparición de las casas molineras en la zona oeste, donde en 1972 se inauguró el Ambulatorio de la Seguridad Social, y la urbanización, merced a una intensa lucha vecinal, de la calle y los accesos al mismo y al Colegio público Gabriel y Galán.
Periódico El Norte de Castilla día 2 de marzo de 1974
Pero lo más importante es que la vía del ferrocarril seguía siendo la frontera maldita del barrio, la clave de una segregación que parecía imposible de ser franqueada. En tiempos de agitación obrera y vecinal, de extrema politización y de convulsión huelguística, llegó la gota que colmó el vaso.
Ya lo dejaba entrever la triste nota que El Norte de Castilla publicó el 1 de marzo de 1974 en la sección «Vida local»: «Desde esta misma sección, y en otras de nuestro periódico, hemos llamado la atención en varias ocasiones sobre la peligrosísima localización de este paso a nivel, que ve aumentados sus inconvenientes al ser tránsito obligado pare un gran número de escolares de corta edad en varias ocasiones al día».
El paso a nivel, en efecto, se erigió en sangriento protagonista el 30 de abril de 1974. Ese día, una niña de siete años, María Rosa Falagán Hernández, pereció arrollada por una vagoneta del servicio de reparaciones de Renfe. Otra víctima más: ya sumaban cuatro en cinco meses. La cólera no se hizo esperar.
«¿Sería tan costoso construir un paso subterráneo?», se preguntaba el decano de la prensa. «Costoso o no, el asunto se plantea ya como imprescindible e improrrogable. Esta parece ser, al menos, la vibrante opinión de todo el barrio que vive bajo una psicosis de terror después de los cuatro mortales accidentes ocurridos en el citado paso a nivel en los últimos cinco meses».
El funeral, celebrado al día siguiente, 1 de marzo de 1974, en la parroquia de Nuestra Señora del Pilar, regida por los jesuitas, fue mucho más que un gesto unánime de dolor; fue también, en efecto, un ejercicio solidario de indignación y reivindicación. Nada podía prever lo que se avecinaba. Cientos de vecinos se agolparon en las cercanías de la vía, junto a la iglesia y los bancos, y decidieron, en asamblea improvisada, organizar una protesta pacífica.
El Norte de Castilla, fiel cronista de la primera gran manifestación ciudadana del barrio, relató lo ocurrido con todo detalle: «Tras acompañar hasta el puente del río Esgueva la blanca caja, que fue portada a hombros por compañeras de clase de la fallecida, gran número de personas, una vez hubo finalizado el canto del Padrenuestro, entró por segunda vez en la iglesia hasta llenarse. En el templo dio comienzo una asamblea para ver qué medidas adoptar para que sea construido el ansiado subterráneo.
Al final, y después de una breve discusión de las distintas alternativas expuestas, los asistentes, en su mayoría mujeres y niños, acordaron dirigirse hacia el Ayuntamiento de forma ordenada».
Así hicieron bajo la estrecha vigilancia de un jeep de la Policía Armada. Según informes de la Dirección General de la Guardia Civil, sumaban cerca de 300 personas. Su intención era solicitar al Ayuntamiento la construcción de un paso subterráneo que contribuyera a contener los cada vez más frecuentes e impredecibles accidentes. Sin pancartas ni panfletos. Ni siquiera los partidos y sindicatos clandestinos tuvieron algo que ver en la movilización, se vieron rebasados por el espontáneo descontento popular.
Sin embargo, la comitiva avanzó poco. A la altura de la calle Cárcel Corona la policía frenó en seco la manifestación y procedió a detener a algunos de quienes la encabezaban. El resto de manifestantes profirió gritos contra la fuerza pública y se distribuyó, corriendo, por la Plaza de San Juan y la calle Don Sancho. En Fray Luis de León fueron nuevamente interceptados por varios jeeps.
Pese a todo, algunos lograron llegar a la Plaza Mayor y expresar su indignación antes de ser disueltos por la policía. Un joven resultó detenido. «Ante estos hechos, el Ayuntamiento nos informó que el proyecto primitivo de la construcción de dos pasos subterráneos en aquella zona data del 28 de noviembre de 1969, siendo adjudicadas las obras a Benito Simón el 27 del mismo mes del año siguiente», informaba El Norte de Castilla.
Periódico El Norte de Castilla día 1 de marzo de 1974
Era cierto; tanto, como que los trabajos habían tenido que aplazarse a causa de una solicitud de Renfe, pues también por entonces comenzaron las obras del paso de las Puertas de Tudela, lo que el citado Benito Simón denunció el 14 de diciembre de 1972. Desde ese momento hasta finales de 1973 se modificó el proyecto, cuya aprobación definitiva se produjo el 27 de diciembre; quince días antes del mortal accidente había salido publicada en el Boletín Oficial del Estado la convocatoria de subasta. Contemplaba la realización de dos pasos: uno en la calle Villabáñez-Casasola y otro en la de Rafael Cano, todo ello presupuestado en algo más de 8 millones de pesetas.
El 9 de marzo, una vez finalizado el plazo de presentación de solicitudes, ningún licitador había concurrido, por lo que la subasta quedó desierta. El Ayuntamiento lo achacaba al espectacular alza de los precios de los materiales de construcción. Sin embargo, la gravedad del caso y el creciente malestar en el barrio hicieron que la Corporación, presidida de manera accidental por Francisco Fernández Santamaría, aprobara en el Pleno del 12 de marzo de 1974, al que asistieron varios vecinos de La Pilarica, entre ellos el padre de la niña atropellada, un expediente sumario de urgencia que permitiera la contratación directa de las obras.
Adjudicadas a OSEPSA (Obras y Servicios Públicos, S.A.), comenzaron el 14 de marzo y finalizaron en septiembre de 1974. El día 7 de este mes, siendo alcalde Julio Hernández Díez, quedó abierto al público el paso de la Plaza d Rafael Cano.
Extractos de entrevistas realizadas a vecinos del barrio de la Pilarica. Marzo de 2009
Entrevistas y trascripciones: María Aldama, Juncal Cuesta, Adriana Cutitaru y Clara Fernández.
Revisión y edición: María Castrillo
“Es un barrio en el que estoy trabajando muy a gusto. La gente que no pertenece a él, cuando nombran a la Pilarica, suelen hablar de que es un barrio peligroso y no hay muy buena imagen de él”. Añade: “yo he estado trabajando en sitios como la plaza de Juan de Austria, en el barrio de Las Delicias y otros. Cuando me ofrecieron venir a la Pilarica, mis compañeros de trabajo me decían que cómo me atrevía a ir a ese barrio, que era muy peligroso y había muchos problemas”. Seis años después está convencido que es “el mejor lugar en el que ha trabajado nunca”. “La gente es muy familiar, muy cercana”. Ahora mismo no querría irse porque “se siente muy cómodo”. “Aquí” –asegura- “la gente te dice las cosas tal y como son, sin hipocresía y eso es una de las diferencias con respecto otras zonas”. ”No es cierta la mala imagen que se pueda tener en la ciudad sobre Pilarica”.Trabajador en La Pilarica (otoño 2008)
“Aunque parece un barrio periférico, se sitúa muy cercano al centro… Se puede ir caminando”. Esto último, para ella, es algo “muy positivo”. Mujer, vecina de la Pilarica (otoño 2008)
“El barrio es diferente al resto de la ciudad, pero yo lo prefiero; es más tranquilo. Aún así, hay quien se ha ido del barrio. Mis hijos medio en bromas decían que no se querían ir del barrio, que nos iríamos nosotros antes que ellos, pero nosotros nos quedamos. Ellos que hagan lo que quieran. El barrio es muy formativo (se enorgullecen de ello)” […] El barrio estaba aislado totalmente del resto de los barrios, inclusive de Pajarillos, porque no había más que un puente; luego hicieron más. El puente lleva 12-14 años… no, no, más, unos 20 años”. […] “El barrio estaba marginado”. “Al principio no teníamos ninguna ayuda; el río lo limpiaban los vecinos a mano. Las calles tenían baches y grandes charcos; eran de tierra; el coche se aparcaba en la acera de tierra hasta que llegó la pavimentación, pagada en parte por los vecinos. La primera en pavimentarse fue Puente de la Reina, la principal del barrio”. […] “Todos tenemos los mismos derechos, pero han contado demasiado los intereses…y al final, va todo para los mismos sitios” e insinúa que se refiere a Parquesol y a la zona Sur en general. […] “Todos los barrios tenemos los mismos derechos y deberes, deberían inclinarse más por los ‘extramuros’…”. […] ”Mis hijos se fueron a vivir a otros barrios y luego se trasladaron a un pueblo del extrarradio [sic] -yo no me habría ido- y al Barrio España -porque quería una casa molinera arreglada, no quería piso… Es más cómodo porque lo acondicionas a tu gusto, son viviendas más amplias, permiten tener mascotas y no son tan caras como los chalets”. […] Se sienten orgullosos de “no haber admitido la construcción de moles como en la Rondilla o en Delicias”, aunque reconoce que la Rondilla “tiene un parque extraordinario” y se quejan de que en el barrio también había espacios “donde se podían haber hecho cosas así”. Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
“El centro está muy cerca andando, en unos 15-20 minutos puedes llegar a la Plaza Mayor. El carril bici está bien pero no se usa tanto porque no se han trazado recorridos completos, sino en pequeños tramos”. Hombre, trabajador en su propio negocio en La Pilarica (otoño 2008).
“Es un barrio céntrico en cuanto a que tiene cerca el hospital, la Rondilla… un poco de todo cerca. Cuando trabajaba, quedaba con los vecinos que trabajaban en el mismo sitio para ir en coche al trabajo. De otro modo, no tenía sentido ni merecía la pena porque aparcar en el centro es difícil y se puede llegar fácilmente andando en 15-20 minutos”. A menudo usaba el autobús para ir, pero lo considera un trayecto corto y fácil a pie. Mujer, vecina de La Pilarica (noviembre 2008)
Después de un rato callado se interesa por saber si la entrevistadora ha jugado alguna vez a los Sims: “Lo digo porque yo tiraría el barrio y haría uno nuevo”. Adolescente, vecino de La Pilarica (noviembre 2008).
“No me gusta el barrio”, dice para comenzar, aunque añade: “bueno… sí que tiene cosas… pero yo no me muevo mucho por él… no estoy, sólo el tiempo que estoy en casa”. Joven, vecina de La Pilarica (noviembre 2008).
Las viviendas “no son muy grandes” pero se siente “muy bien en este barrio”. “No lo cambiaría por muchos otros lugares que me han ofrecido”. Percibe es que “es un barrio en el que están muy unidos. Es como un pequeño pueblo en la ciudad”. “Eso me gusta mucho, me siento muy cómoda cuando cada día salgo a la calle y siempre me encuentro con alguien conocido. Es un barrio muy acogedor” […] “Estoy muy contenta de vivir en el barrio de la Pilarica y no querría cambiarme”. Mujer, vecina de la Pilarica (otoño 2008)
“Lo bueno de Pilarica es que, a pesar de la falta de equipamientos y zonas verdes, la gente joven quiere vivir aquí. Hasta hay gente que se fue a vivir a Pajarillos y sigue viniendo a Pilarica”. Mujer, miembro activo de la Asociación de vecinos de la Pilarica (otoño 2008).
Dice que la Pilarica “es un barrio sencillo y seguro” y que “sí se identifica con él”. Pero si, por ejemplo, fuera de Pajarillos, cuando le preguntaran dónde vive, evitaría decirlo directamente, se lo pensaría dos veces. Lo que sí le gusta mucho es la ciudad de Valladolid, tanto en comparación con su país natal como con otras ciudades españolas más grandes, como Madrid.Hombre, extranjero, vecino reciente de La Pilarica (otoño 2008).
Fueron pioneros del barrio en los pisos. El suyo fue el primer bloque que se construyó en el barrio, en Puente de la Reina; el resto eran huertas y molineras. “Me trajo al destierro”, comenta ella. “Llevamos 43 años en el barrio, desde el 9 de mayo de 1965, y ya hemos criado raíces en el aquí”. Ella antes vivía en el centro de Valladolid. “Traerme aquí fue lo peor que me podía hacer” pero decidieron ir allí porque necesitaban el piso a corto plazo y allí era posible. “No me pesa para nada haberlo hecho”, dice ella. […] “A mí me regalan un piso en el centro –dice él- y no me voy ¡si allí no conozco a nadie…! Aquí preguntas por la gente y en seguida te dicen… El barrio funciona por la posibilidad de ayuda, no la económica…”. Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
Le gusta el barrio pero antes vivía en la Circular y también le gustaba mucho. “De no haberme tenido que mudar por motivos económicos, no lo habría hecho”. Mujer, vecina del Paseo del Cauce (otoño 2008).
Lo primero que dice sobre el barrio: “Estoy encantada con la gente. Voy a muchas actividades al centro cívico y a algunas al hogar”. “Si me dicen ahora que me dan un piso en la calle Santiago o en la Plaza España, no me iría… Y me dirán que si soy boba, ¿cómo va a vivir Vd. mejor en un barrio?” Explica que una amiga suya tuvo que irse a un piso al centro porque su casa no tenía ascensor y que echa mucho de menos el barrio, que si no fuera por la falta del ascensor, que le hacía imposible llegar a su casa, “no se le habría ni ocurrido irse”. Mujer mayor, vecina de Nueva del Carmen (noviembre 2008)
“[Llega hasta] la universidad (la iglesia ya pertenece a Belén); Nueva del Carmen, que pertenece mitad a Pilarica mitad a Belén; pasando el río se considera Pajarillos o Vadillos. Desde 12 de octubre es Belén”. Mujer, vecina de La Pilarica (noviembre 2008)
“A este lado de la vía [Este], el barrio está mucho más unido, posiblemente porque tienen mayor problemática. La gente que cruza hacia este lado, lo hace porque vivió aquí antes. Si algo define al barrio es la gente, la relación que se establece entre ellos y, físicamente, lo que más sienten como su barrio es lo que hay a este lado [Este], la iglesia y la plaza”. Hombre, trabajador en su propio negocio en La Pilarica (otoño 2008).
“El barrio es pequeño. Con Belén, parece algo más pero a partir del nº 8-10 de la calle Nueva del Carmen ya pertenece al barrio de Belén”. Para él, “Pilarica comprende del ambulatorio hacia acá, más el sector Este (en torno a Puente de la Reina), la calle Zaragoza… Del río para allá ya es Pajarillos”.Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
“¿Pero no es el mismo barrio todo? (…) Yo pensaba que esto era Pajarillos… De hecho, siempre he creído que la Pilarica se refería a la plaza y ya”. Cuenta que, a la plaza de la Pilarica, sólo ha ido un par de veces, cuando era más pequeño. Adolescente, vecino de La Pilarica (noviembre 2008).
“Sí, se me mezcla con Pajarillos… yo, a veces, no sé hasta donde llega uno y otro… Pajarillos creo que empieza por la calle Cigüeña y por ahí que ya todas las calles llevan nombre de pájaro… ¿no?” y se ríe. Joven, vecina de La Pilarica (noviembre 2008).
“Al principio fueron un solo barrio pero, al ir creciendo, con el tiempo, los barrios se separaron aunque mantienen la relación. Y ahora está la plataforma Pi-Bel. Las asociaciones de vecinos de los dos barrios cooperan mucho, e incluso en fiestas salen de un barrio y acaban en el otro: los carnavales empiezan en la Campa y acaban en Rafael Cano, los niños de los dos barrios se suelen reunir en la Glorieta del Descubrimiento y en la plaza del aviador [Gómez del Barco] también se suelen llevar a cabo actividades conjuntas, también en los espacios de la universidad. Lo que pasa es que se confunde religión con geografía, es decir, que la gente de Pilarica que está en la parroquia de Belén se confunde y cree que son de Belén, cuando realmente son de Pilarica”. Mujer, miembro activo de la Asociación de vecinos de la Pilarica (otoño 2008).
Aunque “el barrio está muy unido”, hay “una clara diferencia entre las dos partes”. “A este lado [zona Este de Pilarica] se hace una vida de calle, es decir la gente, en concreto los gitanos, pasan el tiempo sentados o reunidos en la calle, algo más parecido a un pueblo, mientras que al otro lado de la vía [zona Oeste del barrio] no hay prácticamente gitanos y la vida de sus residentes es más acelerada, es decir, salen de casa prácticamente para ir al trabajo y no se involucran tanto en la vida del barrio”. Trabajador en La Pilarica (otoño 2008).
Ella vive en una zona “bastante nueva” del barrio, donde viven “muchas personas que han venido de otras partes de la ciudad”, y nota que “esta gente que lleva tan poco tiempo en la Pilarica no se integra ni se involucra. Suelen ser personas que no pasean por las calles del barrio, tan sólo se limitan a ir de casa al trabajo y del trabajo a casa. Yo noto que la relación es mucho más fría con ellos que con la gente que lleva en la Pilarica mucho tiempo y que está acostumbrada a una manera de vida más familiar donde todos conocen a todos y se saludan por la calle”. Mujer, vecina de la Pilarica (otoño 2008)
“Antes eran todo viviendas molineras mal acondicionadas y después se comenzaron a hacer bloques de cuatro plantas, pero esto no significó que se perdiese el modo de vida de los vecinos”. “Es un barrio muy unido y agradable, sin estar masificado”. Cree que “esa sensación de barrio familiar” se debe a que, cuando se formó el barrio, “la mayoría de sus vecinos venían de los pueblos y, al llegar a la ciudad, siguieron llevando el mismo tipo de vida donde toda la gente se conoce”. […] Vive en otro barrio y sólo va a la Pilarica a trabajar pero asegura que “es el mejor barrio de Valladolid. Siempre ha tenido mala fama, pero no es así. La gente piensa que es una zona conflictiva pero no es verdad, no hay inseguridad entre los vecinos”. Hombre, trabajador en su propio negocio en La Pilarica (otoño 2008).
“Al ser personas con el mismo nivel económico, las relaciones entre los vecinos son mejores que en otros sitios, ya que nadie envidia lo que tiene el otro”. No obstante, ella no tiene demasiada relación con los vecinos. “Yo voy a mi casa y lo que hagan los demás…” Mujer, vecina del Paseo del Cauce (otoño 2008).
“El barrio es un lugar tranquilo, aunque de vez en cuando se monta jaleo con las fiestas universitarias. No me parece mal porque es una cosa puntual pero me da pena ver a chavalitos tirados por los jardines… Pero el barrio no es problemático. Hace años (como unos 15… ya habían construido las universidades) hubo bastantes problemas de droga: encontraban jeringuillas… Por lo demás, ha habido y, todavía de vez en cuando, hay manifestaciones, pero son por el bien del barrio… inevitables”. […] Repite que se trata de un barrio tranquilo y cuenta las excepciones: “hace años se hizo una recogida de firmas contra la droga y también, hace unos 18 años, se hizo otra con respecto a la fábrica de sebos Antonio Peláez, que generaba muchos olores desagradables para los vecinos”, “también hubo un suicidio de una vecina de la 3ª torre hace unos 11 años… todo eso fue muy duro pero yo no veo violencia o problemas de esos que hay tanto ahora… o por lo menos no son significativos en el barrio. Tampoco Belén me parece un barrio problemático”.Mujer, vecina de La Pilarica (noviembre 2008)
“Un día leí en el periódico algo así como que la gente de Pilarica era un cultivo de algo…de no sé qué…no me acuerdo lo que decían, pero como que quería decir que éramos mala gente. Yo me cabreé muchísimo… ¿Cómo nos llama mala gente? ¡Mala gente el que escribió eso!… De verdad, me enfade muchísimo… Yo quiero saber quién escribió eso… Sí somos muy buena gente. Es un buen barrio. La gente muy bien, de verdad que si, eh… ¿Quién habrá escrito eso?”. Mujer, vecina del Paseo del Cauce (otoño 2008).
El barrio le recuerda a la vida del pueblo: “te conoces más… en otros sitios nos morimos y, si no vemos la esquela, no nos enteramos; al revés que en el pueblo, que se entera uno de todo”. Mujer mayor, vecina de La Pilarica (noviembre 2008)
Lo que más valora del barrio es “que sea como un pueblo, que se mantenga el ámbito familiar, a pesar de la falta de equipamientos… Ir por la calle y saludar al vecino, aunque luego no tenemos parques agradables”. Mujer, miembro activo de la Asociación de vecinos de la Pilarica (otoño 2008).
De la asociación de vecinos dice que “me parece una asociación bien”, aunque del resto de la gente del barrio dice que “está como muy cerrada”.Hombre, extranjero, vecino reciente de La Pilarica (otoño 2008).
“El hecho de haber concentrado en el barrio instituciones como la ACLA, la casa de los niños de los cayucos… todo eso supone una gran carga social. Es una problemática muy fuerte en poco espacio. No se pueden concentrar tantas cosas en un barrio tan pequeño sin que surjan problemas, aunque haya mucha gente de voluntariado realizando mejoras sociales y ayudando un poco a compensar las cosas. Hay mucha gente en la asociación que se implica mucho y consigue muchas cosas… Admiro el trabajo y el empeño que pone esta gente”. Mujer, miembro activo de la Asociación de vecinos de la Pilarica (otoño 2008).
“Esta plataforma [PiBel] mantiene a los dos barrios muy unidos en torno a dos problemas comunes: la vía y el río”. No obstante, ”Pilarica y Belén siempre han estado muy unidos, ya que en un principio fueron un único barrio”. Hombre, trabajador en su propio negocio en La Pilarica (otoño 2008).
“La Pilarica ha sido una zona donde se ha luchado mucho por lo que se quería y esto ha formado un espíritu de unión entre todos los vecinos. Y aunque ahora ya no hay tantos motivos, o al menos no tan graves, por los que luchar, esa unión de los vecinos se ha ido transmitiendo de padres a hijos y nietos”. Mujer, vecina de la Pilarica (otoño 2008)
Considera que el barrio “tiene el mayor movimiento social de la ciudad; el primero o de los primeros junto con la Rondilla y Delicias. Hay mucha participación”. “Cuando llegamos ni siquiera había parroquia, aunque sí estaba la iglesia como edificio. Íbamos a misa a la Magdalena. Cuando hicieron la parroquia, empezó el movimiento en el barrio, en 1968. A partir de entonces también surgió la asociación, a través de la que hemos ido luchando por el desarrollo del barrio, estableciendo condiciones: respeto de la altura contenida (no queríamos grandes promociones de vivienda; quizá frene el desarrollo, pero es más saludable…) Claro que las grandes promociones tienen sus ascensores y sus cosas, y nosotros no” […] “La facilidad para el desarrollo fue gracias a los jesuitas, que proporcionaron los locales donde reunirse a los vecinos; los grupos siguen teniendo mucho peso en el barrio”. […] “Se ha luchado mucho en el barrio por reivindicaciones sociales. Al principio no había colegios, se luchó mucho por el Antonio Machado; ahora en desuso… ahora sobran ¡qué pena!. Nos manifestamos incluso haciendo sentadas en la vía del tren; todo lo que se ha logrado en el barrio ha sido gracias a la lucha de los vecinos. Ahora llevamos una época un poco “dejados”; los jóvenes ya no son tan inquietos, no tienen necesidad; hay más dejadez, y se nota en la sociedad. La gente joven no se mueve, incluso aunque tenga necesidades laborales, que ahora hay más. Quizá porque los padres les han proporcionado una situación más cómoda, los han protegido más”. […] “El barrio ha crecido muy unido, gracias a grupos de gente con inquietudes y ganas de ayudar, que reconocían el barrio como un campo de trabajo: grupos de monjas, los jesuitas, aportación de todos los vecinos… así nació la guardería, que tuvieron que improvisar con lo que había: los locales bajo su vivienda vendidos más baratos por el dueño a la asociación, colaboración profesores por poco dinero… Consiguieron cubrir las necesidades del barrio. Los locales parroquiales eran de un particular. La profesora era una monja que educaba a los niños en el todo es de todos y nada es de nadie. Todas las aportaciones eran para todos: valores del compartir, la participación… No como antes, cuando era joven, el sistema era diferente; cada uno tenía sus cosas”. […] “Los jesuitas vivían en una molinera viejísima adosada a la iglesia, allí fue donde nació la asociación de vecinos, luego la trasladaron a la calle Calatrava (cuando las reuniones de más de 4 personas se consideraban subversivas y teníamos que tener mucho cuidado) hasta conseguir locales propios (de la asociación, no de un particular) en los bajos de nuestra casa, pagados por los socios. […] Puntualiza que los locales son propiedad de la asociación, no una cesión municipal (“como sucede en el resto de asociaciones”) y los señala como un punto de reuniones de todo tipo […] “El padre Ventura se preocupaba de los niños: actividades, relación con la naturaleza, campamentos… y daban posibilidad a todos porque todo el personal era voluntario, por cariño. Es porque era un sector pobre, obrero… no había ninguna familia con grandes posibilidades económicas. Los barrios es lo que tiene. En sitios más desarrollados igual no hay de eso”. Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
“El barrio estaba muy bien antes pero con el tiempo se fue deteriorando”.Mujer, vecina del Paseo del Cauce (otoño 2008).
A juicio de él, “el barrio se ha desarrollado poco: hay pocos servicios, carencia de espacios verdes…. el acondicionamiento de la ribera del río… al menos en eso se ha hecho algo. Han dejado un paseo muy bonito y va mucha gente en el tiempo bueno”. Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
“El barrio ha mejorado mucho. Están haciendo muchos pisos y las casas molineras van desapareciendo y haciendo otras nuevas. Hasta ahora estaba muy dejado” pero “aun nos queda mucho para alcanzar a otros barrios… bueno, aunque ahora dicen que van a poner un Alimerka ahí donde los pisos nuevos”. Mujer mayor, vecina de Nueva del Carmen (noviembre 2008)
“Lo mejor que se ha hecho en el barrio como desarrollo ha sido el acondicionamiento de la orilla del río, consigue comunicación de la gente diariamente, la gente va más por allí, incluso de otros barrios vienen paseando… sino estarían más aislados, ha dado mucha vida al barrio. La situación del país antes no lo permitía”. Asimismo, añaden que el centro cívico también ha facilitado mucho la interacción con otros barrios. Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
Su primera frase sobre el barrio es “ha mejorado mucho”. […] La mejora del barrio se debe “a los nuevos servicios que han ido apareciendo, como el Centro Cívico, los jardines que se han arreglado y que se han hecho nuevos parques y el río, que ahora está mejor” y recuerda que, cuando él llegó al barrio, el Esgueva “era un basurero”. […] Las actividades dedicadas a las personas más mayores también han mejorado y cita como ejemplos “unas pistas de petanca del otro lado de la vía, cerca de la plaza Rafael Cano, donde van los jubilados y es una manera de reunirse entre ellos y pasar el rato entretenidos”, “el centro del jubilado [sic]” en la plaza Encuentro de los Pueblos y el Centro Cívico, “donde dedican muchas actividades a las personas mayores y han tenido buena acogida entre los vecinos del barrio”. […] “Una de las grandes mejoras en cuanto a las comunicaciones fue la creación del puente de la calle los Templarios hará como unos 15 años. Es un nuevo punto de unión entre Pilarica y Pajarillos, ya que este puente une directamente con la calle la Cigüeña”. Hombre, trabajador en su propio negocio en La Pilarica (otoño 2008).
Al principio cuenta que “no se mueve del barrio”. Compra siempre cerca de su casa o en las supermercados cercanos. Repite que apenas sale y menos en invierno y vuelve sobre la idea de que es un barrio triste: “Al menos si hubiera gente en la calle…”. Pero, poco a poco, viene a contar que ha ido conociendo gran parte de Valladolid y que es su hijo el motivo principal de estos desplazamientos, ya que sufre una sordera bastante fuerte: “Lo llevo a la logopeda en la Rondilla y al pediatra de Circunvalación. También vamos bastante a la calle Santiago para la revisión de los aparatos”. El otro motivo por el que conoce otros barrios son las visitas a familiares. Habla del barrio de la Victoria, del de las Delicias, del barrio Belén. También va a San Isidro y a “lo que está cerca de Plaza España” cuando salen de fiesta, de bares […] Su rutina de mañana viene a resumirse en llevar a su hijo a la guardería, comprar, hacer la comida y, a veces, ir al barrio Belén a las clases que dan en el centro cívico de allí. “Es lo que me toca por el cobro de ayuda familiar, pero a mí no me importa, no tengo otra cosa mejor que hacer y lo pasamos bien, nos ponen películas, las comentamos, tomamos pastas…”. Vecina reciente del “casco histórico” de Pilarica (noviembre 2008).
“Mi vida la he hecho siempre fuera [del barrio] […] Puede que la apertura del centro comercial que dicen esté bien pero…” y hace un gesto que deja entender que cree será algo insuficiente para el barrio y la relación que tiene ella con el mismo. Joven, vecina de La Pilarica (noviembre 2008).
”Seguro que [el barrio] necesita muchas cosas, pero a mí no me hacen falta, tengo lo que necesito”. Para sus compras diarias va “al supermercado que está cerca de su casa, frente a la iglesia de la Pilarica”, y a la frutería “que hay en su misma acera”. Va poco al centro: “uy, no… Me sacas del barrio, de la calle Julián Humanes, Nueva del Carmen (…) y como si no he vivido aquí èn Valladolid] nunca”. Sólo va al centro para lo imprescindible, “para lo que sólo puede conseguir allí, que son pocas cosas”. “Aquí tienes todo a la puerta de casa, no te hace falta ir al centro…a comprar, nunca”. Mujer mayor, vecina de Nueva del Carmen (noviembre 2008)
Va a la piscina a Pajarillos y viene comprando por el camino. “en el Mercadona, el Lupa… pero están en Pajarillos, en el barrio no hay”. Sin embargo apuntan que la cercanía de supermercados como Mercadona les da mucha comodidad. Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
“Aquí además está la vía… eso es muy peligroso, sobre todo con los niños. A mí éste [su hijo de tres años, que la acompaña] se me escapó una vez. Salió detrás de mí sin darme cuenta…” Vecina reciente del “casco histórico” de Pilarica (noviembre 2008).
Dice no notar el ruido pero reconoce que se forman colas de coches en el paso a nivel de la vía. A él, el paso a nivel no le parece para nada incómodo o peligroso. Sin embargo, asegura: “Mi padre se queja mucho. Lleva pidiendo el soterramiento del tren mucho tiempo”. Y pregunta con gesto intranquilo: “¿Para cuándo el soterramiento? Mi padre está convencido de que se morirá sin verlo… yo quitaría el tren, sí…”. Adolescente, vecino de La Pilarica (noviembre 2008).
“No me gusta, me parece un atraso total (…) Si a cualquiera le dices que vives en Pilarica, pasado el tren, te miran con cara rara… Es como si vivieras allí perdido, en Burgos como poco (…) Es un atraso el tener que estar esperando con el coche a que pase el tren… sobre todo si es un Alvia: ¡te puedes tirar años…! (…) Además, con las obras de la vía para que pudiera pasar el Alvia, armaron mucho ruido… por lo del cambio de vías [sic]” […]Termina hablando de los atropellos en el paso a nivel: “Sobre todo es atropellada gente que va andando… pero muchos se tiran, o se quedan en medio no sé sabe muy bien por qué…”. “Aquí es la manera que tiene la gente de suicidarse”, dice riéndose. [¿Ella alguna vez ha pasado por el paso a nivel con la silla de ruedas?] “Sí. Antes pasaba alguna vez, pero es un poco incómodo con la silla… Antes estaba más penoso el paso, sin maderas ni nada. Ahora está mejor”. Joven discapacitada, vecina de La Pilarica (noviembre 2008)
Los vecinos “se sienten muy unidos, ya que años atrás tuvieron mucho por lo que luchar y ahora tienen un deseo común que es el de su unión definitiva tras tantos años divididos y que se podrá conseguir cuando llegue el soterramiento de las vías del tren”. “Sin embargo” -dice- “esa dependencia del paso a nivel como vínculo de unión entre las dos partes del barrio y con el resto de la ciudad no les supone un gran problema… quizá porque están acostumbrados”. Mujer, vecina de la Pilarica (otoño 2008)
“Hace dos años se corrió la voz de que [el tren] sería subterráneo… ¡Menos mal que estamos esperando sentados!”, añade con guasa. Ante la pregunta de qué le gustaría que pusieran al soterrarlo, ella se decanta por espacios verdes, “para los niños”, pero confiesa: “Seguro que hacen carreteras”. Vecina reciente del “casco histórico” de Pilarica (noviembre 2008).
“[El soterramiento] lo veo bien, pero no creo que vaya a pasar en la vida”.Joven, vecina de La Pilarica (noviembre 2008).
“El barrio está aislado de la ciudad por la vía pero… esto del soterramiento… yo no creo que llegue a hacerse [puntualiza que no es que no lo crea, sino que son tantas las ganas de que se produzca, que parece mentira que llegue a hacerse]. Yo recuerdo, cuando era joven, el temor a pasar la vía. Era un barrio con mala reputación”. […] “Va pasando el tiempo y [el soterramiento] no se ha desarrollado. Hace 30 años que se lucha; hay muchas buenas palabritas, pero los hechos son diferentes”. Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
Vivió un tiempo junto a las vías y que hay grandes problemas de ruido, “aunque al final uno acaba acostumbrándose a los pitidos del tren”. También influye en el trafico: “cada vez que salgo hay una fila de coches del carajo”, y también destaca la cantidad de suicidios en las vías. Como posibles consecuencias del soterramiento del ferrocarril cuenta que “daría más vida al barrio y se cotizarían los pisos”. Hombre, extranjero, vecino reciente de La Pilarica (otoño 2008).
“Antes tampoco había paso subterráneo; ha caído mucha gente ahí, por despistes, porque se ponían… Ahora también está mejor respecto a los coches, los espacios están delimitados. El autobús 7 cruzaba la vía e iba hasta la gasolinera, creaba situaciones de peligro; ahora ya no.” Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
“El problema de la vía, que desde siempre ha generado mucho tráfico [congestión] cada vez que un tren se acerca, y muchos accidentes por atropello, algunos voluntarios y otros no. Es lo peor del barrio”. […] No obstante, le parece que el problema que supone en la Pilarica es menor que en otros barrios, como Pajarillos, porque su frente a la vía es más corto. “Hubo un tiempo en el que se planteó cerrar el paso a nivel y eso lo hubiera aislado, pero afortunadamente, además de haberlo mantenido, se ha hecho otro paso peatonal subterráneo bastante cerca”. Hombre, trabajador en su propio negocio en La Pilarica (otoño 2008).
“Lo primero que hago todos los días: cruzar la vía.. Para ir a comprar hay que cruzarla, para coger el bus hay que cruzarla. Y el tren es bastante peligroso: hubo mucha gente que se suicidó y otros a los que atropelló el tren por accidente” (cuenta el caso de un niño sordomudo que no oyó el tren). “Antes no había túneles para cruzar las vías, solo había uno, luego hicieron los demás”. [¿Qué supondría el soterramiento del ferrocarril?:] “comodidad y rapidez. El tren tarda 20 minutos en pasar…”. Mujer, vecina del Paseo del Cauce (otoño 2008).
“Me gustaría que la quitaran, ¡como a todos!. Pero creo que eso yo ya no lo veo…” [¿Le da problemas en su vida diaria?] “Sí, porque como que son dos barrios separados (…) aunque ahora lo han puesto bien para pasar, sigue habiendo peligro (…) se quejaron mucho para que hicieran el paso subterráneo, pero se usa poco. Yo no lo usa nunca porque no me acostumbro. Me pilla mejor el paso a nivel… pero reconozco que, a veces, paso despistada, sin mirar…”. Mujer mayor, vecina de Nueva del Carmen (noviembre 2008)
“Un gran problema es la vía. Yo la paso casi a diario. Es sobre todo un problema con los niños: el tiempo de espera, lo desagradable de los suicidios y accidentes… Me gustaría que el cambio fuese para un paseo, un centro comercial…o algo que pudieran disfrutar todos”. Los pasos subterráneos del ferrocarril no los usa: “desvían mucho el camino”. […]Repite: “Lo que quiero es que quiten la vía lo más pronto posible porque es un incordio y porque pasan muchos trenes (…) El paso a nivel está señalizado, pero se cometen imprudencias… y eso, más los suicidios, es un problema. Además, hay mucho tráfico por ahí, en el centro. Pasa mucha gente… ”. Mujer, vecina de La Pilarica (noviembre 2008)
“Uno de los problemas más importantes que tiene el barrio es la vía del tren que lo atraviesa. ¡Cuando quiten el ferrocarril que hagan espacios lúdicos como dicen!”. Uno de los principales problemas con que se encuentra la gente es el aislamiento: “El ferrocarril genera ruido y no todos se pueden permitir un buen aislamiento acústico, así que, a lo mejor, en este punto, el Estado podría ayudarles de alguna manera… Además, al atravesar el barrio, el tren lo separa en dos, y como en el lado que da hacia el centro hay más comercios, más vida que en el otro lado, la gente suele decir en broma que del lado de la vía para dentro es Manhattan y de la vía para fuera es el Bronx, comparación que resulta divertida y que refleja bastante bien hasta que punto un elemento como el ferrocarril puede influir…”. Mujer, miembro activo de la Asociación de vecinos de la Pilarica (otoño 2008).
El vive fuera del barrio y sólo se desplaza allí para trabajar, “suele ir andando o en bicicleta” y, aunque no haya carriles habilitados para ello, “no le supone ningún problema”. Trabajador en La Pilarica (otoño 2008)
Una de las pocas cosas que hace en el barrio siempre es cortarse el pelo. Para lo demás, dice, se van fuera… y cogiendo el coche muchas veces: “Sobre todo mi padre para trabajar, aunque lo del carril bici está bien… Pero es corto. Sólo llega hasta el túnel… y además es el que se inunda”.Adolescente, vecino de La Pilarica (noviembre 2008).
Al hablar del tráfico que pasa por su calle dice que “pasa de todo: camiones, coches, furgonetas… también es porque hay un señor aquí cerca que vende aceite refinado en contenedores…”. Vecina reciente del “casco histórico” de Pilarica (noviembre 2008).
“A mi me llevan –dice refiriéndose a su marido- pero si tengo que salir y no está él, cojo el 3 para ir al centro… aunque tampoco sé si hay más autobuses”. Vecina reciente del “casco histórico” de Pilarica (noviembre 2008).
Se levanta a las 7h30 para llegar al instituto las 8h30 en el autobús, línea C1: “Lo cojo en Vadillos. Doy bastante vuelta… También podría coger el 3 pero casi dan la misma vuelta y van muy llenos los dos (…) Llego a casa sobre las 3… Es tarde, pero bueno…” añade encogiéndose de hombros. Adolescente, vecino de La Pilarica (noviembre 2008).
Pocas veces sale a pasear por el barrio. Sólo transita sus calles para ir a otras zonas de la ciudad: “Para ir a estudiar voy en coche y el autobús no lo cojo nunca… No me gusta… pienso que no voy a poder entrar… y tengo miedo de que la gente se me eche encima”. Joven discapacitada, vecina de La Pilarica (noviembre 2008).
“[De autobuses] estamos surtidos, pero vendría bien alguno más. A pesar deltransfer, los recorridos se hacen muy largos, se tarda mucho. Para ir hasta el cementerio de Las Contiendas pasan cada 30 minutos; para la Rondilla los hay cada 15-20 minutos y el de Belén, cada 10 minutos”. Mujer, vecina de La Pilarica (noviembre 2008)
No suelen ir mucho al centro de la ciudad, “sólo para lo elemental, a pesar de que está cerca”. Con los autobuses 3 y 7 se desplazan con facilidad “Pasan cada cuarto de hora; pero es cómodo desplazarse al centro andando, se llega en media hora”. Antes iban dos días por semana al centro, ahora les da más pereza y están más ocupados en el barrio en sus actividades; te acostumbras a un sector y luego te cuesta desplazarte. Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
”No es necesario el coche para ir al centro. Llegamos a todos los sitios andando. Pero es cierto que la gente compra coches, las familias tienen 2 o 3 coches por familia, casi un coche por persona, lo que genera un problema en el tráfico. Son necesarios más aparcamientos. Para eso, a lo mejor se podrían construir edificios de aparcamientos exclusivamente” (hace referencia al ejemplo de Venecia donde, al entrar, hay que dejar el coche en un edificio de aparcamientos y luego seguir con la visita a pie. “Incluso sería interesante que los locales comerciales que no se usen sean comprados y convertidos en aparcamientos”. Explica que ella hizo esto con unos cuantos vecinos “y funciona”. “Por lo demás, el principal problema del tráfico es la pérdida de tiempo en el transporte público, ya que se tarda tres veces más en ir en bus que en coche”. Mujer, miembro activo de la Asociación de vecinos de la Pilarica (otoño 2008).
“Como no cojo el coche, tampoco puedo decir si hay muchos problemas, aunque sí que hay bastante tráfico […] Sí que faltan aparcamientos, pero nosotros no tenemos ese problema porque tenemos cochera. Aunque sí que hay bastantes robos en las cocheras… están un poco chungas”. Mujer, vecina del Paseo del Cauce (otoño 2008).
En cuanto a los autobuses, comenta que sólo pasan el 7 y el 3 [no cita el C1 es porque, cuando habla del barrio, se refiere siempre al Este de la vía] pero “con cualquiera de los dos se tarda más que yendo en coche. Si yo quisiese ir en bus al trabajo tardaría unos 45 minutos y en coche sólo tardo 15”. No obstante, le parece que los buses “conectan bien con el resto de la ciudad”.Hombre, trabajador en su propio negocio en La Pilarica (otoño 2008).
Al preguntarle por el río, dice: “¿Qué río?… ¡ah! si, el río… Es bonito. Llega a todos lados, te pones a andar y ya te puedes cansar. Es bonito para los niños… a mi hijo le gusta mucho por los patos. Le gusta mucho la naturaleza”. Vecina reciente del “casco histórico” de Pilarica (noviembre 2008).
”En el río hay muchas ratas por el empedrado que pusieron (antes era de cemento) y como, encima, se echa comida a los patos… Aquella piedra que pusieron, además, provocó inundaciones en los garajes y tuvieron que sacar las tuberías al exterior (y lo tuvo que pagar la comunidad) porque los garajes quedaban por debajo del río. Hubo muchos bloques afectados por el mismo problema”. No obstante, “la reforma del río me resulta bonita. Hay un buen paseo que permite pasear sin peligro y sin tener que ir esquivando coches”.Mujer, vecina de La Pilarica (noviembre 2008)
“El paseo del río ha hecho bien a mucha gente, especialmente en verano”, aunque ellos en verano se van al pueblo. “Está bien pero tiene un pequeño aislamiento: la vía, hay que pasar por el subterráneo; con el tiempo estará mejor, más comunicado”. Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
“El lugar donde los niños van a jugar es en la Plaza Rafael Cano, enfrente de la Iglesia de la Pilarica, aunque no está en buenas condiciones y haya otros parques nuevos”. Otro parque “que suele tener mucha afluencia de gente de todas las edades es el de la Glorieta del Descubrimiento”. Trabajador en La Pilarica (otoño 2008)
Los parques y jardines no los conocía mucho “hasta hace poco”, que ha empezado a llevar a su hijo. Cuenta que “todos los que hay, exceptuando el de la Glorieta del Descubrimiento, carecen de un buen equipamiento”. Donde ella vive, detrás del colegio Reinado del Sagrado Corazón, hay un parque muy reciente y muy grande que podría dársele mucho uso pero que, sin embargo, “la falta de un correcto equipamiento hace que siempre esté vacío”. Por el contrario, “el parque de la Plaza Rafael Cano, aunque tampoco está bien equipado y está muy sucio y peligroso para los niños, es donde suelen acudir a jugar, quizá por tradición”. Al otro “parque” que queda, el de la plaza Encuentro de los pueblos, “tan sólo acuden drogadictos y es una zona peligrosa”. Mujer, vecina de la Pilarica (otoño 2008)
“Para los niños, hay bastantes parques: Vadillos, Batallas, Glorieta del Descubrimiento…”. Mujer, vecina de La Pilarica (noviembre 2008)
“Pues para mí, con lo que hay, tengo bastante porque no tengo críos ni nada”. Mujer mayor, vecina de Nueva del Carmen (noviembre 2008)
Los fines de semana “todo el barrio se concentra en el otro lado de la vía [Oeste], donde los vecinos se reúnen por los bares de esa zona para tomar el vermouth por dos razones: una, porque es ahí donde se encuentra el mayor número de bares (aunque no bares de fiesta nocturna) y, la otra, por la iglesia de la Pilarica. A la salida de misa, la gente prefiere quedarse tomando algo a ese lado. Esta iglesia es la única en todo el barrio y significa además el punto de unión entre ambos lados. Junto con el Centro Cívico son los dos lugares de reunión de ambas partes del barrio, aunque en la Iglesia esto está desapareciendo, ya que cada vez acude menos gente”. Mujer, vecina de la Pilarica (otoño 2008)
Echa en falta un kiosco: “Yo, al kiosco que hay en la esquina, no voy. Eso no es kiosco ni es nada”. En general, le parece que faltan tiendas cercanas y variadas: “Para cualquier cosa te tienes que ir hasta Mantería… Allí tienen de todo… Además, las tiendas de aquí son más caras… Mi madre, para comprar lo demás, se va a Vadillos con la vecina”. Adolescente, vecino de La Pilarica (noviembre 2008).
“Continuamente los vecinos pasan de un lado a otro por el paso a nivel, más bien pasando los del lado derecho de las vías [Este] hacia el izquierdo [Oeste]. Esto es porque dicen que un problema de la Pilarica es que hay pocos locales comerciales”. “Prácticamente todo el comercio está pasando la vía del tren [Oeste] y en torno a la calle Nueva del Carmen, donde generalmente los vecinos de ambos lados van a hacer las compras más inmediatas. Hay supermercados, tiendas de ultramarinos… Sin embargo, al otro lado de las vías, los locales comerciales prácticamente no existen. Sólo hay tres tiendas: una frutería, una carnicería y un kiosco y las tres están en la calle Puente la Reina”. Mujer, vecina de la Pilarica (otoño 2008)
“A ambos lados de la vía había pequeños locales pero, en este lado [Este], poco a poco se van cerrando: librerías, droguerías, una academia de estudios (donde está actualmente la asociación de vecinos)… negocios que aún estando en la calle La Salud o Puente la Reina y cercanos al paso a nivel han cerrado porque la gente del otro lado no pasa y los de este lado suelen ir a comprar cruzando la vía, quizá porque es una zona de paso para ir al centro y el comercio queda muy perjudicado en este lado”. Su negocio antes se encontraba en la misma zona, pero más alejado de las vías. Hace unos años se trasladó a la calle la Salud, junto al paso a nivel, y esto ha hecho que su negocio “mejore mucho”. “Hay más vida… y yo vivo de la vida del barrio”.Hombre, trabajador en su propio negocio en La Pilarica (otoño 2008).
“Por aquel entonces [década de 1960] sólo había una tienda, la de la señora Flora, por donde los apartamentos compartidos; luego se abrió alguna más, pero pocas. Hay una carnicería, una pescadería y 2 ó 3 fruterías y no hay más… bueno, en la calle Nueva del Carmen, sí …De la vía para acá es lo que era Pilarica entonces, cuando vinimos… Bueno, ahora acaban de abrir un Mercadona justo aquí al lado…”. Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
“Sólo hay del otro lado, hacia el centro. Aquí no hay nada”. “La gente tiende a ir a comprar a tiendas más grandes y por eso fallan los pequeños negocios, porque están muy chapados a la antigua, se estacan. Tendrían que innovar, poner luces, hacerlos atractivos para atraer a la gente joven. En las tiendas de los chinos, por ejemplo, como tienen tantas lucecitas y cosas tan curiosas, cuando pasas por su lado, quieres entrar a ver que hay”. Hombre, extranjero, vecino reciente de La Pilarica (otoño 2008).
“Tendrían que poner más tiendas pequeñas porque, yo, la tienda de pan y leche la veía desde casa pero, al estar del otro lado de la vía, antes, cuando solo había un túnel, aunque pareciera que estaba cerca, tenía que rodear muchísimo para cruzar la vía y si se me olvidaba comprar alguna cosa, al tener que caminar tanto, no volvía a ir”. Dice que el centro cívico supuso una gran mejora y que le gustaría que se construyeran edificios en manzana abierta para dejar sitio a espacios verdes. Mujer, vecina del Paseo del Cauce (otoño 2008).
“Tenemos todo tipo de supermercados: Eroski, Alimerka, Gadis…”. ”Hay mercadillo de los martes y los sábados…¡hasta de eso estamos surtidas!”. “Pero no hay cines. Para ir al cine hay que ir a Mantería o la calle Cervantes”.Mujer, vecina de La Pilarica (noviembre 2008)
Ha vivido en la Pilarica tanto de un lado como del otro de la vía, por lo que “puede ofrecer una visión de conjunto sobre el barrio”. El comercio supone una diferencia entre los dos lados del barrio. “En este lado sienten que no tienen comercio mientras que, en el otro [Oeste],, el comercio está más desarrollado… aunque a lo mejor no hay comercio de vestir y para comprar ropa la gente tiene que irse al centro”. Mujer, miembro activo de la Asociación de vecinos de la Pilarica (otoño 2008).
“Son viviendas de 50 m2 con poca privacidad, autoconstruidas, y muchas de mala calidad, lo que las hace incómodas”. Como alternativa propondría “la construcción de pequeños bloques a modo de torres de 2 o 3 alturas con espacios verdes entre ellos para conseguir un espacio más descongestionado. Además, se podrían ampliar las aceras, ya que en las actuales en algunos tramos apenas puede ir una persona”. [¿No son las viviendas molineras las que dan al barrio ese carácter de pueblo, de familiaridad?] Al revés: “en las viviendas unifamiliares, cada uno va por su lado mientras que, en el bloque” –como en el que vivía ella- “los vecinos salen al pasillo de las escaleras a hablar, algunas veces incluso en pijama”. Mujer, miembro activo de la Asociación de vecinos de la Pilarica (otoño 2008).
Le gustan las casas molineras “porque tienen patio bonito” y dice que le gustaría vivir en una. […] También le gustaría vivir en Girón: le gustan las casas y “tienen buen precio”. En los pisos, dice, “hay menos vida en común que en las casas unifamiliares, pero tampoco hay que llevar las cosas al límite… Por ejemplo, las urbanizaciones están peor; se tiene que coger el coche para todo, no tienen equipamientos y son anti-ecológicas. Sin embargo, las casas molineras sí le gustan porque es como estar en el pueblo, pero tienen el centro cerca”. Mujer, vecina del Paseo del Cauce (otoño 2008).
“Lo bueno es que cada bloque [donde llegó a vivir] estaba provisto de un piso para minusválidos […] De todas formas, fueron los vecinos los que me hicieron la rampa del portal” […] “La accesibilidad del barrio ya es más complicada… Es mala, y más si la gente aparca donde quiere. Además, los pasos de peatones están mal dispuestos. No hay policía que esté pendiente y si me aparcan un coche en el cruce del túnel no veo nada y me tengo que ir a cruzar lejos, dando una vuelta enorme (…) En ese momento, sí que hay siempre un policía de barrio y cuando me quejo me dice que no se puede poner un cruce a menos de 50 m del anterior ¡pero, sin embargo, al otro lado del túnel, hay dos pasos de peatones a menos de 20 m el uno del otro!”. Para ella también hay otros problemas “como la ausencia de rebajes en las aceras y la mala situación de los existentes; el pavimento en mal estado y levantado; y la pendiente del túnel por el que pasa el carril bici” (por el otro no puede pasar porque tiene escalones). Joven discapacitada, vecina de La Pilarica (noviembre 2008).
“[El túnel] huele muy mal, aunque estos problemas con el túnel son recientes. No sé que pasará. Supongo que alguna tubería… [en el barrio] siempre están arreglándolas… aunque, a nivel de cortes de agua, a nosotros no nos suele tocar”. Joven, vecina de La Pilarica (noviembre 2008).
La calle principal a “este lado de la vía” [zona Este del barrio] es Puente la Reina. “El poco comercio que hay se encuentra allí, ya que el resto de calles son tan sólo residenciales”. Pero “la zona comercial más importante está al otro lado de la vía, en la C/ Nueva del Carmen, donde la gente cruza para hacer las compras más inmediatas”. Trabajador en La Pilarica (otoño 2008)
“[El centro del barrio] es la plaza Rafael Cano. Está junto al cruce de las vías del tren y es un punto de paso casi obligado”. Mujer, vecina de la Pilarica (otoño 2008)
“[La parroquia de La Pilarica] la llevaban unos jesuitas que acogieron a mucha gente tras la Guerra Civil. Ahora, por cuestiones de política y prejuicios, hay gente que ha dejado de ir a la iglesia pero esa importancia de la iglesia de la Pilarica ha hecho que la plaza Rafael Cano se convierta en el centro del barrio, ya que, además, se sitúa junto a las vías tren, entre las dos partes en que el barrio está dividido”. Hombre, trabajador en su propio negocio en La Pilarica (otoño 2008).
“La iglesia de Pilarica es un símbolo del barrio. Aunque fue rehabilitada recientemente, la reforma no sirvió y a cada poco aparecen humedades. También hay que mencionar que la iglesia mantiene una buena relación con el movimiento social”. Menciona al padre Ventura y cuenta que fue el primer párroco que se implicó socialmente y logró mejoras urbanísticas. Mujer, miembro activo de la Asociación de vecinos de la Pilarica (otoño 2008).
De la iglesia afirma que es un hito en el barrio, que es un “punto de referencia” y cuenta que asiste siempre a misa: “vamos todos los domingos”.Hombre, extranjero, vecino reciente de La Pilarica (otoño 2008).
“La plaza de la Pilarica sí se ha desarrollado, antes era de tierra, ahora tiene sus baldosas, sus bancos, sus columpios…; fue de las primeras cosas que se urbanizaron en el barrio”. “La iglesia ha sido adecentada hace unos años, era una edificación muy antigua, con problemas de humedades; cumplió 100 años el año pasado; cuando se hizo era como una ermita a las afueras de la ciudad… de hecho sigue con los mismos problemas…”. Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
“[Un problema del barrio son] las drogas en la Plaza del Encuentro de los Pueblos. Es una plaza que tiene pocos años y podría dársele muy buen uso si se fomentase y se equipase correctamente, pero ahora mismo es una zona peligrosa debido a que los drogadictos van allí”. Trabajador en La Pilarica (otoño 2008).
Dice que los columpios están bastante mal y que además allí “los jóvenes suelen hacer botellones. Por un lado los entiendo porque son jóvenes y se quieren divertir, pero una cosa es que lo hagan los fines de semana y otra que lo hagan todos los días. Se apoderan del parque. Hay unas pistas de baloncesto pero también están abandonadas y los columpios resultan peligrosos. Hay una falta grande de servicios”. Hombre, extranjero, vecino reciente de La Pilarica (otoño 2008).
“Muchos de los pisos [de las cinco torres de Glorieta del Descubrimiento] están en alquiler a estudiantes y eso ha dado mucha vida”. “La plaza entre las torres era de la comunidad y fue cedida al ayuntamiento. Se han colocado jardineras para que no se juegue al fútbol (porque daban balonazos a los vecinos) y para que no se haga el loco con las bicicletas”. Mujer, vecina de La Pilarica (noviembre 2008)
“[El barrio] no es nada alegre. Las calles están solas. Sales a la puerta y no hay nadie… Además es peligroso: están todo el rato pasando coches ¡y mira que las calles son estrechas!… pues pasan un montón durante todo el día y las aceras son muy pequeñas. Son dos baldosas mal puestas y ya”. Vecina reciente del “casco histórico” de Pilarica (noviembre 2008).
”Unas compañeras mías que viven en Ángel García se quejan de que no tienen contenedores en la calle. Dicen que el camión de la basura, con los contenedores nuevos, no puede pasar por la calle”. Mujer mayor, vecina de Nueva del Carmen (noviembre 2008)
“Con este edificio los vecinos, en general, están muy contentos, ya que lo ven como el proyecto que más connotación ha tenido en el barrio en estos últimos años”. No sabe describir con precisión en qué consiste pero explica que es un edificio de pequeños apartamentos que tiene la finalidad de que gente joven y ancianos convivan en una misma comunidad. Lo nombra en bastantes ocasiones durante la entrevista. Trabajador en La Pilarica (otoño 2008)
“El edificio más moderno que ahora existe en la Pilarica” es un “conjunto de apartamentos donde ancianos y jóvenes comparten una misma comunidad”. Dice que es “uno de los proyectos más interesantes de los que se han realizado en los últimos años en esta zona”. Mujer, vecina de la Pilarica (otoño 2008)
”La nueva Residencia Julián Humanes es un conjunto de apartamentos que ha hecho el ayuntamiento en los que conviven jóvenes estudiantes y ancianos. Cada uno vive en su piso pero los jóvenes se ocupan de los mayores y tienen espacios comunes como sala de estar, biblioteca… además tiene ascensor (lo cual no tienen en los bloques cercanos) y rampas para acceder… Funciona, la gente está feliz”. Hombre, trabajador en su propio negocio en La Pilarica (otoño 2008).
“Allí va mucha gente. Yo voy porque allí no hay que pagar por las actividades; en el hogar sí, y por eso voy menos. [En el centro cívico] conozco gente y paso un buen rato”. Mujer mayor, vecina de Nueva del Carmen (noviembre 2008)
“El Centro Cívico eran vaquerías; cuando vino la democracia se edificó. La llaman la casa del barco por su forma. La plaza del Padre Ventura (un cura jesuita que hizo mucho por el barrio) era una plaza de ganado”. Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
De la biblioteca dice que está “muy bien situada”, y que sus niños la usan mucho. También usan bastante la plaza de la iglesia y cuenta que hace poco se ha inaugurado una plaza en honor al padre Ventura, y que “está bien que se hagan este tipo de cosas”, aunque reconoce que la plaza no la utiliza nadie porque “no tiene nada, ni un columpio ni nada, solo tres muelles…si pusieran algo mas a lo mejor la gente la usaría…no sé…un columpio o una caja de arena para los niños…o ponerle más vistosidad…o ponerle alguna verja o algo…” Hombre, extranjero, vecino reciente de La Pilarica (otoño 2008).
El centro de Salud antes era el de la calle Doce de Octubre y le parece que estaba muy bien ubicado porque estaba “muy céntrico dentro del barrio”. “Pero hace unos años, trasladaron las consultas médicas del barrio al nuevo centro de salud de la calle la Cigüeña, en el antiguo mercado, y dejaron allí sólo las especialidades. Eso ha supuesto uno de los mayores problemas del barrio porque la gente que acude más habitualmente son los ancianos y ahora está muy lejos de sus casas y eso significa que en muchas ocasiones hay que recurrir a coger un taxi o el [autobús] 3… ¡y menos mal que han puesto el 3 y va hacia allí!”. No entiende cómo, con todos los problemas de accesibilidad que esto ocasiona, han puesto el centro de salud del barrio fuera del barrio. Hombre, trabajador en su propio negocio en La Pilarica (otoño 2008).
Cuando habla sobre la expansión que va a sufrir el barrio con el Plan Santos-Pilarica confiesa: “yo no estoy seguro de que eso vaya a ser del todo positivo”. Trabajador en La Pilarica (otoño 2008)
“[Las obras de urbanización del Plan Parcial:] Un horror… No había forma de lavar la furgoneta con todo el polvo que se levantaba. Además ahora no tenemos donde aparcar. Antes la gente podía aparcar ahí. Ahora con los que somos y lo pequeñas que son las calles ¡llevamos 500 multas!” y se ríe. Añade que le parece “bonito” que abran calles y hagan casas y parques pero cree que pasarán aun más coches. Vecina reciente del “casco histórico” de Pilarica (noviembre 2008).
Quiere que el Plan Parcial Santos-Pilarica se lleve a cabo, ya que el barrio “hasta ahora es tan sólo una zona residencial” y cree que el nuevo plan parcial “es una manera de que generar más negocio en el barrio”. Para ella, “todo lo que signifique expansión” es “algo positivo”. Por eso, ella es una de los tantos vecinos que está luchando para que “se construya un edificio público junto al barrio, como hubo el planteamiento que se hizo junto al futuro centro comercial”. Dice que “sería una manera de que la gente de otras zonas de la ciudad conociese el barrio y así, además, tener un edificio público cercano”. Se queja de que “esos lugares, como el auditorio, las Cortes… están muy lejos del barrio” y les hacen “depender del coche continuamente”.Mujer, vecina de la Pilarica (otoño 2008)
“[Hay que] dar una salida para que no invada el territorio como si fuera una zona periférica, un agregado a la ciudad. Tendría que hacerse un plan que logre cohesionar todo el barrio: las zonas nuevas, las viviendas molineras, uno y otro lado de la vía, de manera que la zona más antigua del barrio no quede en el olvido, apartada”. Mujer, miembro activo de la Asociación de vecinos de la Pilarica (otoño 2008).
“Los Santos está dando problemas en la adquisición de viviendas de protección oficial: les exigen comprar una segunda plaza de garaje a los compradores, que se han movilizado a través del defensor del común. Ya son bastante caras para ser VPOs y ahora están aumentando las condiciones de compra”. Cree que “la zona terminará no desarrollándose por este tipo de cosas, por los inconvenientes”. “No sé como terminará eso. Ya hay una asociación de la gente que ha adquirido vivienda ahí… Se tenían que juntar con los de la Pilarica, con los de la asociación, porque eso es dividir al barrio; luchando en común hay más logros. Además, los de la asociación también tienen inquietud con respecto a lo nuevo y les han planteado juntarse”. Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
”Lo de Los Santos-Pilarica lo veo bien pero lo conozco poco. Cuando lo ví por última vez, hace unos tres años, me asusté: ¡qué cambio! Antes aquello era todo campo y ahora estará todo edificado…. También han ido edificando del otro lado de la vía del barrio de Belén, entre la circunvalación y el ferrocarril, que también eran huertas. Ahora está muy masificado”. Mujer, vecina de La Pilarica (noviembre 2008)
La Universidad
“La universidad ha revalorizado la zona, que antes era campo. Ahora hay bares, hay ambiente… en el club social de la comunidad ahora va mucha gente a comer e incluso hay que reservar. Los estudiantes dan mucha vida al barrio”. Mujer, vecina de La Pilarica (noviembre 2008)
”Para mí, el urbanismo tiene un papel determinante tanto en el barrio como en la vida de la gente. El urbanismo nos interfiere en cómo ser personas de tal manera que, si uno va por la calle y ve espacios bonitos, zonas verdes… también se siente más amable, mientras que si lo que ve es un ambiente menos cuidado, aceras pequeñas, edificios de mala calidad, le genera desconfianza, por lo que su actitud cambia, se vuelve más tensa.” Mujer, miembro activo de la Asociación de vecinos de la Pilarica (otoño 2008).
Le parece que “hay bastantes problemas de aparcamiento y que, tal vez, un parking subterráneo publico podría servir, o incluso si tuviera una cuota aceptable, la gente del barrio compraría alguna plaza”. También dice que el médico “está un poco lejos y que cuando tuvo que ir con el hijo a urgencias fue al médico que hay en el barrio y tardaron 2 horas en atenderle en urgencias”. Deberían cuidar más la limpieza: “hay veces que los contenedores rebosan” y “estaría bien que el río lo cuidaran un poco más”, pero que no tendrían que quitarle la vegetación por los patos. Le parece que el jardín de la universidad debería servir para interactuar con los universitarios, pero que no se permita la entrada a los perros. Hombre, extranjero, vecino reciente de La Pilarica (otoño 2008).
“El Centro Cívico se queda pequeño para toda la gente que va”. “Continuamente tienen que estar moviendo unos paneles para ampliar el salón de actos y por ello se lleva proponiendo desde hace mucho tiempo una ampliación del lugar tomando parte o toda la plaza que hay junto al Centro Cívico, ya que la gente no suele darla mucho uso”. Trabajador en La Pilarica (otoño 2008)
“El local [de la asociación de vecinos] se quemó -¿intencionadamente?- hace siete años –14 enero 2002- (el incendio fue algo horroroso) y ahora lo están arreglando, después de mucho tiempo sin hacer nada por los impedimentos del seguro”. […] “Ahora estamos a ver si le damos uso para actividades. El Centro Cívico se ha quedado pequeño. Todos se reúnen allí: Colectivo, los de Belén, la Asociación… Esto permitiría descargarlo”. Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
Apenas presentados, lo primero que me dice es que no hay cancha para jugar al fútbol: “Me voy a jugar a la Rondilla… además en las pistas de allí no hay que pagar”, añade. Y es que, a pesar de vivir en una casa colindante con una pequeña pista de juegos, “en este barrio no ponen porterías y ésa sólo tiene cestas de baloncesto… y es pequeña”. Más avanzada la conversación aclara que a esa pequeña pista bajaba a jugar con otro vecino cuando era pequeño. “Bueno, también está el Miriam Blasco [polideportivo cercano a la Facultad de Filosofía y Letras] pero ése es cerrado… y, bueno, supongo que habrá que pagar”. Adolescente, vecino de La Pilarica (noviembre 2008).
Considera “muy necesaria” una zona de deportes, ya que “además de practicar deporte, es una manera de que los niños del barrio jueguen y se conozcan entre sí”. Mujer, vecina de la Pilarica (otoño 2008)
“A veces nos quedamos [los amigos] en los bancos del paseo [del Cauce], en los que hay al salir del túnel, pero podían poner más árboles… por la sombra en verano… y poner estatuas o algo, y arreglar las piedras de la ribera del río, que eso ya empieza a estar…(…) Si lo arreglan estaría bien que pusieran aparatos para hacer gimnasia como los que hay en la playa de las Moreras”. Hace una pausa y dice riéndose: “¡además en el barrio hay pocas chicas de nuestra edad!”. Añade que el túnel donde están los bancos, donde se reúne con sus amigos, muchas veces huele mal: “Últimamente no para de inundarse… En este barrio las tuberías no tienen otra cosa mejor que hacer que reventarse… Se inunda y no puedes pasar, tienes que ir al otro [a unos 50m]. Casi siempre las obras que hay son por tuberías que explotan”. Al tiempo de esta entrevista, una obra ocupa parte de la calle de la Salud por este motivo. Adolescente, vecino de La Pilarica (noviembre 2008).
A su parecer, falta una sala de juegos: “Me tengo que ir hasta los de la calle Esgueva. Tampoco estaría mal un videoclub… Aunque bueno, ¡tenemos un cine!” (se refiere a los cines Manhattan, en la calle Cervantes). Adolescente, vecino de La Pilarica (noviembre 2008).
“El barrio está servido, pero faltan cosas”. […] Le gustaría “que hubiera cines en lo nuevo de la vía”. Mujer, vecina de La Pilarica (noviembre 2008)
“Estamos pensando en poner ascensor en el edificio, pero somos pocos vecinos y hay pocas posibilidades económicas. Además, el edificio va teniendo sus problemas y necesita inversiones. La altura en los pisos es más alta de lo normal (2,80 m) y con el plumero no se alcanza para limpiar”. […]“Ahora la calidad de la vivienda es diferente; éstas son simples, sin ascensor… el ascensor cuesta mucho a pesar de que tengan el hueco de la escalera disponible, y a pesar de la subvención”. Consideran el ascensor una necesidad importante para la vivienda; recuerdan que antes se hacían bloques de hasta 5 alturas sin ascensor. Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
“No tenemos ambulatorio. El de Pilarica ahora es de especialidades; los vecinos del otro lado de la vía van a Vadillos y nosotros a Pajarillos (al antiguo mercado central)”. Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
“No veo bien la gasolinera. El barrio se ha alargado hacia allí, antes no estaba tan cerca de las casas pero ahora ha quedado demasiado próxima, debería estar más aislada aunque cueste más ir. La hicieron en unos años en que no se podía decir nada, con el sistema antiguo”. Pareja de “pioneros” de la Pilarica (diciembre 2008).
“Que pongan más espacios para los niños, que para las personas mayores hacen un montón de cosas…pero para los niños no… yo, cuando tenía a las niñas pequeñas, tenía que ir con ellas al centro, al Campo Grande para que jugaran y, en verano, a la Rondilla, a las piscinas, y claro, con el calor que hacía, con la bolsa de las niñas y con una niña en cada mano, cuando llegaba allí se me quitaban las ganas de todo… ¡Que pongan más animación para los niños!”. “También tendrían que poner el centro de salud más cerca”. […] “Tienen que poner más colegios e institutos… sólo está cerca el de monjas”. Mujer, vecina del Paseo del Cauce (otoño 2008).
”Tal vez se necesitarían más espacios públicos para los niños”. Hombre, trabajador en su propio negocio en La Pilarica (otoño 2008).
Empieza por contar que el barrio “está bien en todos los aspectos”, aunque enseguida dice que echa en falta “un parque”, que hay muchas plazas en mal estado y no tiene “donde llevar los niños” […] “Hay mucha gente que va con el perro por la calle y no recogen lo que ensucian… Hay gente que parece que quiere más al perro que a los hijos… Eso se debería regular, de manera que no puedan ir con el perro donde llevan los niños y lo ensucien”. “Debería aumentar la seguridad en los parques para que este sea un barrio más seguro”. Hombre, extranjero, vecino reciente de La Pilarica (otoño 2008).
Menciona la “falta de espacios deportivos”, que “el médico de familia está lejos, hay que ir hasta Pajarillos… ¡y eso para la gente mayor…!”, y que se tendrían que “habilitar más espacios para niños, para que tengan más actividades (la biblioteca y la ludoteca están bien pero no son suficientes), y un centro de día para mayores”. Refiriéndose al paseo del Esgueva dice: “ponen cosas, pero luego no las mantienen…”. “[La construcción de un gran edificio público en el barrio] eso le daría más vida” y cuenta que “la asociación de vecinos intentó por todos los medios traer la Ciudad de la Justicia”, aunque finalmente no lo consiguieron. “Ese tipo de cosas, un edificio institucional, un gran comercio, además de reanimar la zona darían categoría al barrio. La gente tiene mal concepto de Pilarica porque no hay nada”. […] Vuelve a mencionar la necesidad de incorporación de más espacios verdes y poner el médico de familia dentro del barrio (propone donde está ahora la gasolinera “ya que es un buen sitio, entre Pilarica y Los Santos-Pilarica”), limitar la velocidad para moderar el trafico en Puente La Reina y buscar alguna solución al transporte público (cuyo mayor inconveniente, dice, es que “tarda mucho”): habilitar un carril bus o incorporar un tranvía, ya que es un medio de transporte ecológico (aunque reconoce que a la gente le daría miedo que el tranvía pase a ser igual de problemático que el tren), o habilitar microbuses “a modo de maxi-taxis” con unos precios razonables para que la gente se anime a utilizarlos”.Mujer, miembro activo de la Asociación de vecinos de la Pilarica (otoño 2008).